miércoles, 7 de abril de 2010

....tú.

El aire dormido me trae tu nombre
opaco y sonoro
como si no existieras
y llena con sus sílabas
los rincones ajados de mis sueños.
Tu nombre me abre abismos
y carreteras,
me arranca siglos de encima,
páginas,
y me obliga a rebatir mis alas
raquíticas de cartílago descarnado.
Tu nombre me define
y me conforma
de modo que no sé si te digo
o me hago vivir entre tus letras.
No sé ya si tu nombre es tuyo,
es el nombre de dios
o soy yo mismo.
ADAEV

5 comentarios:

  1. Qué maravilla de poema!! todo él, sin desperdicio.

    Un abrazo
    Marian

    ResponderEliminar
  2. A veces... cuando sólo tenemos un nombre.
    Cuando no poedemos agrarrarnos a algo más...
    Un poema para disfrutarlo.

    ResponderEliminar
  3. Cuando digo tu nombre
    se abren las ventanas del alma
    se me llena de amor la mirada
    y llega un punto
    en que no sé , si es verdad
    o un sueño,
    si estoy pensando
    o sintiendo...

    Qué bonito tu poema. Cuando se siente así, es algo que llena por completo.

    Un beso

    ResponderEliminar
  4. La metáfora, la pérdida de identidad... todo me suena tanto... en el fondo todos los poetas tenemos una misma arma... sabes cual verdad?

    Besos

    Cita

    ResponderEliminar
  5. Un nombre, llena, acelera, perdura..puede incluso guardar un aroma, un despertar, una sonrisa. Lo recuerdas?. Gracias, por tu incursión en las esquinas. Bicos de agradecimiento.

    ResponderEliminar