Aún te resueño y te reinvento
ante esta tumba de nuestro amor inmortal,
reescribo sonetos,
me trago la tinta ácida e intemporal
de tanto camino,tanto cadáver,verso...
y tus labios lejanos,ese cristal
interpuesto entre las lenguas que en secreto
se abrazaban a destiempo,aquel portal
horrible de helado eco,de despedida,
de noche asesina de exilio ,eterna
que me arrastraba lejos,raptado de tu saliva
hirviéndome en el corazón,noche inmensa
de repetir tu nombre sin consuelo...y mi vida...
Y ahora añoro ese dolor por si renaciera...
ADAEV
sábado, 26 de junio de 2010
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