miércoles, 7 de abril de 2010

....tú.

El aire dormido me trae tu nombre
opaco y sonoro
como si no existieras
y llena con sus sílabas
los rincones ajados de mis sueños.
Tu nombre me abre abismos
y carreteras,
me arranca siglos de encima,
páginas,
y me obliga a rebatir mis alas
raquíticas de cartílago descarnado.
Tu nombre me define
y me conforma
de modo que no sé si te digo
o me hago vivir entre tus letras.
No sé ya si tu nombre es tuyo,
es el nombre de dios
o soy yo mismo.
ADAEV