domingo, 3 de junio de 2012


destiempo

     El cielo se pobló
de relojes
hirviéndolo todo.
     Sus agujas
partieron mi lápiz
y mi caja de zapatos.
     Sonaban sin corazón
latiendo a espuertas.
     Y yo recojo mis jirones
sin plumas
y quisiera desromper
todos mis versos
y el negro destintado
de sus ojos nocturnos.
           ADAEV