lunes, 26 de octubre de 2009

Regreso y lunas a raudales
se estampan boquiabiertas
entre los pliegues nocturnos de la pena
y la mansedumbre.
Acaso boquiabiertos
se quedan paralíticos los versos
y mientras giran las ruedas,
mientras tanto.
Regreso , resurrección y pereza,
maderas y viento,
gira y gira la palabra siempre,
qué pequeña.
qué enorme y fugaz testamento,
qué júbilo muerto.Al fin,
llegas
es preciso romper a volar
no sea que olvides los colores
y te creas que tiene razon
la tierra aliatada.
ADAEV,

2 comentarios:

  1. La palabra, siempre la palabra...Fuerte , rotunda, desgarradora en este poema tuyo.Un abrazo

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  2. No. Nunca. Nunca dejes que los colores se ahoguen en la oscuridad de una noche sin luna.

    Gracias por esa pequeña palabra que nos ha vuelto a traer ese sentimiento.

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