Desencuentro los senderos
y gris el horizonte
susurra
tu pronombre,tengo sed
y me vierto tras los pasos
de tu recuerdo:
aquel olor de encina
carne de besos
alma y voz...
Desando los folios
y todos los epítetos,
me quedo con ese tú,
contigo y sin miedo
ahora que me matan los diarios
y no me reconozco,ni soy yo
sin tus metáforas
ni tu bautismo.
ADAEV
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Cuando la palabra nos anula, nos deshace y nos funde, y ya no nos reconocemos, surge el mejor de los bautismos.
ResponderEliminarExcelente poema.
Un abrazo
Marian
bellísimo poema, desandando encontramos los pasos de la poesía.un beso
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