sábado, 27 de febrero de 2010

HUERTAS

Te miro y saboreo tu imágen
en el último sorbo de mi copa,
rebusco tu rostro irreconciliable
y desfigurada mi voz te renombra.
Cemento y cristal sofocan mis frases
incendiadas de auxilio y derrota,
no saben de tragos ni resacas amables
si no de mordiscos de tinta ahogando mi boca.
Te veo rezar olvidos y no te comprendo,
crecí y lloré y aún apuro la espera,
distraigo los guiones y desrecuerdo
esa maldita canción de olor a esquela,
ese calaendario premonitorio amarillento
y este garrafón de llanto y pena.
ADAEV

4 comentarios:

  1. Me han dejado el corazón encogido tus versos, pero iguamente es un gusto leerte.

    Besos
    Buen fin de semana

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  2. No conocia este blog y no sé muy bien como llegue.
    Siempre es bueno descubrir un espacio de buena poesía. estare visitandote.


    Luis

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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