Te miro y saboreo tu imágen
en el último sorbo de mi copa,
rebusco tu rostro irreconciliable
y desfigurada mi voz te renombra.
Cemento y cristal sofocan mis frases
incendiadas de auxilio y derrota,
no saben de tragos ni resacas amables
si no de mordiscos de tinta ahogando mi boca.
Te veo rezar olvidos y no te comprendo,
crecí y lloré y aún apuro la espera,
distraigo los guiones y desrecuerdo
esa maldita canción de olor a esquela,
ese calaendario premonitorio amarillento
y este garrafón de llanto y pena.
ADAEV
sábado, 27 de febrero de 2010
lunes, 15 de febrero de 2010
centrifugando
Qué espantoso cántico
de sístoles y diástoles,
de monótona procesión de segundos
cojos,de respiración medida...
Qué eterna,
qué larga se me está haciendo la vida...
Qué espantoso latido
de versos cabizbajos,
de labios sin rima,
de pasos agrietados alejándose
o viniendo,a la deriva...
Qué eterna,
qué larga se me está haciendo la vida...
ADAEV.
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